10 experiencias inolvidables en una visita a Tokio
Los lugares imprescindibles para conocer la vida cotidiana, gastronomía, cultura y tradiciones de la capital japonesa

Cuando el avión se acerca por mar al Aeropuerto Internacional de Haneda, con sus pistas casi a pie de playa, parece que Tokio es una ciudad que no se acaba nunca. Y quizá sea verdad, que Tokio es inabarcable, infinita. La ciudad más poblada del mundo -más de 38 millones de habitantes- ocupa solo en la zona conocida como “ciudad de Tokio” (sin contar todo el área metropolitana, el Área del Gran Tokio) 621,3 km cuadrados divididos en 23 barrios, cada uno de ellos con alcalde y estructura administrativa propios.

Su densidad de población (14.000 personas por kilómetro cuadrado, casi el doble que Nueva York) consigue que el viajero occidental, en el primer contacto con la ciudad, se sienta desbordado -además de “lost in translation”, pues prácticamente no encontrará en las calles indicaciones en caracteres occidentales-. Sensación que va desapareciendo paulatinamente para verse sustituida por el asombro y la admiración al vivir en sus barrios, sus calles, sus restaurantes, sus tiendas… la dimensión humana, el famoso y absolutamente impecable sentido cívico japonés.
1. La red de metro y la Estación de Shibuya
Lo primero que hay que hacer al comenzar la visita a Tokio es familiarizarse con la red de metro, fantástica, pero algo diferente a las europeas. Están identificadas por colores, y cada estación tiene una letra, que marca la línea, y un número, que identifica la estación. En las pantallas de los vagones se va alternando el itinerario en japonés y en inglés, por lo que si tienes bien definidos tus itinerarios no será difícil hacerte con la mecánica. Sí será difícil, sin embargo, antes de bajar a la estación preguntar pues casi nadie entiende inglés, a no ser los más jóvenes. Y si no tienes mucha prisa, es recomendable viajar en metro fuera de las horas punta laborales, cuando las aglomeraciones de personas en cada vagón pueden ser agobiantes. En cuanto a los billetes, si te vas a mover en metro con asiduidad conviene comprar una tarjeta Open Ticket (para un día completo o para varios) en el mismo aeropuerto, o bien una tarjeta recargable –Pasmo, en el metro, o Suica, en las estaciones de trenes JR- que sirven indistintamente para el metro y las líneas de trenes urbanos JR y también en algunas tiendas y restaurantes.

Algunas estaciones de metro, como la estación de Shibuya, constituyen una visita turística en sí mismas, ya que se encuentra en el epicentro del famosísimo cruce, el más transitado del mundo con más de un millón de peatones diarios. Se trata de un cruce de 4 direcciones, sincronizado de manera que se abren y se cierran todos los semáforos a la vez y al abrirse para los peatones una auténtica marea humana lo transita en completo orden, silencio y perfecta disciplina. Visitar el cruce de Shibuyapor la noche es más recomendable que de día, ya que sus edificios están cubiertos de luces, anuncios de neón y pantallas gigantes, un espectáculo solo comparable en lo espectacular a Times Square, en Nueva York.
2. Ginza, shopping y gastronomía de lujo

Dentro del Tokio moderno la zona de Ginza es la más interesante y visitada, ya que en su calle principal (peatonal los domingos) se concentran las flagshipstores de las principales firmas de lujo, que compiten entre si en espectacularidad, bien sean las de moda como Prada, Dior o Swarovsky, de cosmética como Shiseido –que también cuenta con pastelería y sala de exposiciones-, o de electrónica como la Apple Store -con wi-fi gratuita en todo el edificio- o incluso con un acuario a pie de acera en el edificio de Sony. Actualmente la zona de Ginza ha encontrado un serio competidor en el barrio de Omotesando, sigue siendo una referencia en las compras y restaurantes más cosmopolitas y elitistas. A la hora de cenar, y aunque no es una zona que se caracterice por su ambiente nocturno, en Ginza se encuentran cientos de restaurantes de todo tipo, entre ellos los más famosos y caros de la ciudad como el Armani Restaurant, dentro de las 12 plantas que la firma italiana ocupa en la Armani Ginza Tower, y la mayor parte de los restaurantes con Estrellas Michelin como Sukiyabashi Jiro (sushi-jiro.jp) o Sushi Yoshitake (sushi-yoshitake.com).

Aparte de los “estrellados”, déjame recomendarte dos restaurantes que deberías conocer. Ginza Sushi Karaku (ginza-karaku.com) es un pequeño restaurante al estilo tradicional para máximo 20 comensales, con una pequeña barra de sushi con 9 puestos y dos pequeños reservados, regentado por el chef Togawa Kiminari. Kiminari que se enorgullece de mantener la más auténtica tradición de Edomae-sushi, “sushi al estilo de Edo”, el antiguo nombre de Tokio, maridado, en vez de con sake como es lo habitual, con una selección de grandes vinos internacionales. Y Sant Pau (santpau.jp), la impresionante sucursal tokiota de la reputada chef catalana Carme Ruscalleda. Un lugar realmente excepcional, con la cocina abierta en grandes cristaleras a la deliciosa y recoleta plaza donde se ubica, con una capacidad de comensales mayor de lo que suelen ser los restaurantes locales y la magnífica carta de Ruscalleda, reconocida con dos estrellas Michelín. Muchos de los restaurantes más recomendables de la ciudad están al margen del circuito turístico, y no tienen página web; están situados en pisos de edificios sin carteles externos “reconocibles” para los occidentales, o no atienden reservas en inglés, como sucede con Ginza Ten-Asa, un verdadero templo donde se rinde culto a la tempura. Así que lo más recomendable es pedir ayuda en la recepción del hotel, o a un guía local, y que ellos hagan la reserva y te faciliten un plano con el itinerario que debes seguir para encontrarlos, si no quieres perderte.
3. Teatro Kasbuki y el Sumo

También en Ginza se encuentra uno de los centros más importantes de la manifestación cultural japonesa por excelencia, el teatro Kabukiza (kabukibito.jp) Un edificio tradicional rodeado de los grandes edificios de Ginza nos sorprende con sus sesiones de teatro que tienen lugar tres veces al día, perfectamente preparado para recibir a turistas de todo el mundo, con folletos y audio guías en inglés. Si quieres asistir a una de estas representaciones ten en cuenta que duran casi cuatro horas, y puedes reservar online tus entradas para una sesión completa o solamente uno o dos actos, a menor precio. Recientemente reformado, junto al teatro antiguo se alza el Kabukiza Tower Building, un edificio de 29 plantas donde encontrarás exposiciones, tiendas, restaurante, salón de té tradicional, un jardín japonés, programación de eventos culturales alrededor del Kabuki… Ten en cuenta que el Kabuki es una manifestación teatral que tiene más de 400 años de historia y está dentro de las manifestaciones declaradas patrimonio cultural mundial por la UNESCO. Sus maquillajes, actuaciones musicales y sus danzas… te enamorarán y te harán conectar con el espíritu japonés más puro.
El Sumo aúna deporte y cultura, y gracias a su gran seguimiento cuenta con un museo en exclusiva. En el Museo del Sumo se reúne todo el material para conmemorar y preservar el legado cultural de este deporte japonés. Los visitantes podrán observar grabados de madera y bazunke (listados oficiales de rango) haciendo referencia a los grandes deportistas del pasado. Está situado en el primer piso del Ryogoku Kokugikan, lugar donde se celebran los torneos, en el barrio Ryogoku, famoso por ser el barrio del Sumo, donde se pueden ver a los luchadores por sus calles y su estación de metro (línea Oedo, la de color fucsia. Si quieres ver un torneo en vivo debes reservar con tiempo (sumo.or.jp).
4. Desayuno en el Mercado Tsukiji de pescado

Imprescindible. No puedes irte de Tokio sin darte el gran madrugón para visitar el Mercado Tsujiki, el mercado de pescado más grande del mundo, lleno de compradores y vendedores locales e internacionales y turistas. Dicen que cada día se mueven 3.000 toneladas de pescado fresco en este enorme recinto, que desde el siglo XVI y hasta hoy abre cada día sus puertas a las 5 de la madrugada para comenzar la jornada con las subastas de los más grandes atunes. Hasta hace relativamente poco tiempo las subastas estaban abiertas al público, pero hoy es necesario un pase especial para poder asistir a ellas. Si no lo tienes, pero ya te has plantado allí antes de las 5 de la mañana, entra como si nada, atraviesa el mercado entero desde la puerta principal y al fondo encontrarás las naves de la subasta. Es posible que nadie te diga nada. Más tarde, ya sobre las 7, el resto del mercado está lleno de actividad con la venta –en muchas ocasiones vivos- de enormes mariscos, moluscos, anguilas, los rarísimos y peligrosos pez-globo… y cientos de variedades de habitantes marítimos que ni yo, ni posiblemente tú, somos capaces de reconocer. Cuidado con los mini coches, camionetas, bicicletas, contenedores, mangueras, operarios cargados y con prisas que sortean a los turistas con cara de fastidio… y desde luego, ni se te ocurra llevar chanclas ni un calzado delicado.

Al salir del Mercado Tsukiji, otro clásico obligatorio consiste en desayunar picando entre los cientos de puestos de sushi-el más fresco del mundo, desde luego- y pescado de los alrededores. Allí no solo se pueden comprar y degustar en el momento pescados frescos y secos, sino todo tipo de vegetales y sus apreciadísimas setas y hongos, ya que al lado del mercado del pescado está el de las verduras, frutas y hortalizas. Si vas a Tokio y no desayunas allí, has perdido la gran ocasión de tu vida. O mejor, tendrás que volver para hacerlo. Y date prisa, porque los planes son cambiar su ubicación actual, junto al mar, en la estación de metro Tsujiki (línea Hibiya, la de color plata) a otra más moderna -y sin interés histórico- en la zona de Toyosu, en la línea amarilla, Yurakucho.
5. El Palacio Imperial y los parques

Hasta hace poco el Palacio Imperial estaba cerrado al público y solo se podía visitar dos días al año: el 23 de diciembre que es el cumpleaños del emperador, y el 2 de enero; sin embargo desde junio de 2016 se ha ampliado el número de visitantes permitidos dentro del recinto hasta 500 personas al día, y las visitas guiadas ya no son solo en japonés, así que si te inscribes en sankan.kunaichi.go.jp, podrás acceder sin grandes problemas. Los jardines que lo rodean, de un clásico y maravilloso estilo japonés, sí se pueden visitar casi a diario, y son un reducto de paz en medio de esta enorme ciudad, aunque sobre todo a finales de febrero, cuando florecen los albaricoqueros que lo pueblan, es cuando la visita es más impresionante. No por inconmensurable y superpoblada Tokio es una ciudad que viva de espaldas a la naturaleza. En total hay 80 parques urbanos, de los que el parque Ueno -con más de 1.000 cerezos- es el más conocido; un jardín nacional, el Shinjuku Gyoen, con más de 900 especies de orquídeas en su interior, y más de 7.000 parques municipales de distintos tamaños, pero todos ellos indicados para disfrutar del especial sentido de la belleza y del contacto con la naturaleza de los japoneses.
6. Ueno, la zona de los museos
Aunque en Tokio hay más de 50 museos de Arte, dentro del recinto del parque Ueno se encuentran muchos centros de interés turístico como el Santuario Toshogu, la estatua del Ùltimo Samurai y algunos de los museos más importantes: Museo Nacional de Tokio, Museo Oriental, Museo Nacional de Ciencias, Museo Shitamachi, Museo Nacional de Arte Occidental y la Galería Metropolitana de Arte de Tokio.
7. El Santuario sintoísta de Meiji

A la salida de la estación de metro Jingu-mae de las líneas Chiyoda (verde) y Fukutoshin (marrón) se encuentra el santuario sintoísta más importante de la ciudad, el Santuario de Meiji, y uno de los más importantes de todo Japón. Se inauguró en 1921 en honor al primer emperador del Japón moderno, Meiji, y la emperatriz Shoken. Está rodeado por un parque con más de 120.000 árboles y el parque Yoyogi. Dentro de su recinto se dan cita excursiones escolares, turistas y visitantes locales vestidos con los atuendos tradicionales que acuden a celebrar bodas tradicionales, especialmente los domingos. Allí se realizan rituales como lavarse a la entrada manos y boca en la fuente de abluciones temiyuza, lanzar una moneda en la caja de ofrendas y a continuación dar dos palmadas, pedir un deseo y hacer una reverencia; escribir un deseo o una oración en una ema o tablita de madera, o comprar un omikuji, unos papelitos que predicen el futuro.
8. Pasear y comprar manga en Akihabara

Grandes edificios comerciales recubiertos por anuncios y pantallas gigantes donde se proyectan películas manga. Pequeñas tiendas a pie de calle atiborradas de vídeos, cds y todo tipo de merchandising manga o anime. Salones de videojuegos donde los usuarios se tapan los oídos para soportar el ruido y cuentan con duchas para refrescarse entre nivel y nivel; maid cafés atendidos por chicas vestidas de uniforme manga que cantan y bailan y que en la calle, donde algunas de ellas se sitúan como reclamo de estos locales, se taparán la cara para que no puedas hacer fotos, porque las fotos también son de pago. Un edificio de 6 plantas, dedicado en exclusiva al mundo del manga, Akiba Culture’s Zone donde además de comprar cómics manga, camisetas, etc., y tener un espacio para la compra-venta entre particulares, la quinta planta es un karaoke y la sexta un maid café. En las cercanías de la estación de metro Akibahara, además de tiendas de electrónica, también existen locales dedicados a hobbies como maquetas, miniaturas, réplicas de trenes y coches antiguos, maquinaria bélica…
9. Crucero por el río Sumida y la Tokyo Skytree

No dejes de visitar la Tokyo Skytree, una torre que te recordará a la Torre Eiffel, desde la que tendrás la más maravillosa vista de la ciudad a 451 metros de altura, donde creerás estar flotando en el aire y que cada noche se llena de color (los colores Iki, o del espíritu y Miyabi, de la elegancia). Un pequeño crucero por el río Sumida, diurno o nocturno es algo lleno de encanto, que te permitirá , por ejemplo, embarcar en Akasusa, justo enfrente de la Tokyo Skytree, pasar por debajo de los 12 puentes que cruzan el río y llegar a los jardines Hamarikyu, muy cerca del Mercado de Pescado Tsukiji, o al muelle Hinode, desde donde también sale el famoso y futurista bus acuático. Hay muchos itinerarios, barcos diferentes y recorridos, de duración entre los 30 y los 140 minutos. Pero todos ellos merecen la pena.
10. Hotel Hoshinoya Tokyo

En Tokio, como en cualquier otra gran capital mundial, el alojamiento no es barato, aunque podrás encontrar una habitación desde los 125 € (un tres estrellas). Si deseas darte un homenaje en un nuevo hotel que combina tradición y modernidad, el lujoso Hotel Hoshinoya Tokio, de cinco estrellas, se encuentra en el barrio de Otemachi, el centro financiero de la ciudad, y ofrece un transgresor concepto de Ryokan (alojamiento tradicional japonés) situado en un rascacielos. El hotel cuida los pequeños detalles en los espacios para no perder la calidez y el ambiente relajado de una posada tradicional japonesa y está formado por 17 plantas en las que se encuentra un salón común en cada una de ellas donde se puede disfrutar de tés, aperitivos o admirar la arquitectura tradicional. Las habitaciones cuentan con el legendario tatami, armarios de bambú y puertas correderas shoji. En cualquier momento del día puedes degustar platos de temporada locales, bajo los fogones del galardonado chef Noriyuki Hamada. Además, ofrece al huésped realizar algunas actividades como cruceros por el río Sumida, practicar Yoga cerca del Palacio Imperial cada mañana o relajarse en el exclusivo Spa al aire libre de la planta 17. Desde 720 euros /noche. (http://hoshinoyatokyo.com/en/ ). |