Ibiza | ||||
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La isla de la alegríaCalas idílicas, yates de lujo, días de sol y playa, noches de frenesí. Elegante, vanguardista, glamurosa, bohemia, liberada...No es extraño que una isla tan bella en mitad del Mediterráneo tuviera pobladores ya en la Edad del Bronce, imagino que menos masificada, ni que más tarde fuera un importante enclave comercial para fenicios y púnicos, y luego objeto del deseo para romanos y árabes que buscaban su lana, vinos y sal. Con el discurrir del tiempo, a finales de la década de los 60 del pasado siglo XX, fueron los hippies los que desembarcaron en la isla blanca convirtiéndola en uno de los últimos paraísos, símbolo de la libertad, el amor libre y del Flower Power, hasta que fue descubierta por el turismo internacional. Hoy, Ibiza es un destino multicultural en el que se deja ver lo más glamuroso de la jet set, las finanzas y la cultura junto a una marabunta de jóvenes veraniegos que buscan las noches frenéticas de sus clubs y discotecas para amanecer en sus playas al ritmo de música house, trance y techno. Un lugar para desconectar, relajarse y dejar que la vida fluya sin prisas. Enclave natural
La llegada a la isla en avión va desvelando parte de su belleza natural con pequeños islotes rocosos como Es Vedrá o Es Vedranell y calas (Llentrisca) en las que fondean embarcaciones de recreo que buscan las tranquilas y transparentes aguas ideales para disfrutar de un baño o la práctica de deportes náuticos. Mientras nos aproximamos a la pista de aterrizaje del aeropuerto de la ciudad de Ibiza, las playas (Sa Caleta, Es Codolar...) se suceden entre pequeños acantilados blancos sobre los que se extiende un manto verde de pinos. Aterrizamos dejando a un lado de la pista otro bello enclave natural como son las cuadriculadas balsas de agua salada de Ses Salines muy cerca de las cuales se encuentran los restos de un antiguo poblado fenicio. Muelle Pesquero y Club NáuticoPaseo desde la zona de puertos deportivos donde está el hotel en busca del centro de la ciudad. Las pequeñas distancias de la ciudad permiten ser recorrida a pie casi en su totalidad, aunque existe una buena red de autobuses que comunican los diferentes barrios y de embarcaciones que realizan excusiones por la bahía, hacia la playa de Talamanca, a las cercana islas de Formentera y Mallorca, y a la península. Hasta el casco histórico son diez minutos de placentero caminar junto a los pantalanes donde están atracadas las lujosas embarcaciones deportivas que más tarde navegarán en busca de esas bellas calas que rodean la isla, con fondos de extensas praderas de posidonia que ayudan a conservar limpia el agua y las playas. El sol está en lo más alto y pronto llego al pequeño Muelle Pesquero donde los marineros faenan tras regresar a puerto con la pesca del día, mientras las gaviotas sobrevuelan la embarcación en busca de restos de pescado. Junto al muelle un viejo pescador arregla la red para próximas capturas. Al fondo, como una postal, aparece el gran promontorio coronado por la fortaleza renacentista de Dalt Vila, epicentro original e histórico de la ciudad. El paseo me conduce ahora al cercano Club Náutico de Ibiza (Avda. de Santa Eulalia s/n (Puerto). Tel. (+34) 971314023. www.clubnauticoibiza.com) que cuenta con 300 amarres y es lugar de encuentro de amantes de los deportes náuticos y también de gastrónomos, ya que su restaurante ofrece una excelente cocina mediterránea en la que se degustan platos típicos, deliciosos arroces y marisco fresco a buen precio. Más adelante, en el puerto, junto al punto de atraque de los barcos que llevan a diario a miles de visitantes a Formentera, una modelo posa en una sesión fotográfica que luego será portada de una revista internacional. Paseo Vara del ReyProsigo por la misma Avenida de Santa Eulalia des Riu, dejando a la derecha céntricas y comerciales calles como la Avenida Bartomeu de Roselló y la Avenida Bartomeu Vicent Ramon hasta llegar al concurrido Paseo de Vara del Rey, donde se encuentra el primer hotel que se construyó en la ciudad, el Montesol. Edificado en 1933 el Hotel Montesol se encuentra en un edificio histórico, declarado Bien de Interés Cultural, con fachada en tonos pastel y blanco, y su popular cafetería ha sido testigo de la vida ibicenca de los últimos 80 años y punto de encuentro de todos los personajes de su vida glamurosa. El Paseo, presidido por una estatua de Vara del Rey, posee pequeños jardines y está franqueado por bellos edificios de principios del siglo XX con galerías de madera, balcones de forja y fachadas coloristas en tonos blanco impoluto, rosas y amarillos. Los bajos los ocupan comercios y cafeterías con terrazas donde los isleños y turistas disfrutan del sol mientras toman el aperitivo o un café acompañado de deliciosos pasteles tradicionales como el Flaó (tarta elaborada con queso de cabra, oveja y hierbabuena), la Glaixonera (puding de ensaimadas, leche y huevo) o las orelletes (pastas con forma de oreja). El Puerto y el Barrio de La MarinaJunto al Paseo de Vara del Rey, hacia el este, se encuentra El Puerto y el tradicional y pintoresco Barrio de La Marina. En el Puerto atracan los barcos que llegan de la península y es uno de los grandes centros de actividad comercial y ocio de la ciudad. Junto al Puerto está el Barrio de La Marina con su hilera de casas blancas entre pequeñas calles que se entrecruzan con cafeterías, bares, tiendas de moda, diseño, souvenirs, galerías de arte... por las que pasean curiosos y compradores de artesanía, cerámica ibicenca o moda. La moda Adlib es uno de los grandes símbolos de Ibiza, consistente en prendas cómodas de tonalidades claras y luminosas que fusionan la impronta hippie de finales de los 60´ con la sencillez de la vestimenta tradicional mediterránea; fue impulsada hacia inicios de los 70 por la princesa yugoslava Smilja Mihailovitch. Pasea por el Carrer Luis Tur i Palau o Carrer Andenes deteniéndote en uno de sus muchos cafés, restaurantes, bares y terrazas que cobran especial vida al legar la noche, o por las calles de detrás del Puerto para saborear todo el ambiente y la alegría de Ibiza. Dalt VilaLa acrópolis de Dalt Vila, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1999, es de visita obligada. Ibiza fue fundada por los fenicios en el año 654 a. C. y el núcleo urbano lo componía una acrópolis sobre una colina a 100 metros sobre el nivel del mar y el puerto junto a la bahía. Esta parte antigua es conocida como Dalt Vila -ciudad alta- y su área medieval fue edificada en el siglo XVI por el ingeniero italiano Giovanni Battista Calvi, por encargo de Felipe II, para proteger la ciudad de los ataques de otomanos y piratas. La fortaleza posee 7 baluartes defensivos (Sant Pere, Sant Jaume, Sant Jordi, San Bernat, Santa Tecla, Santa Lucía y San Juan) con tres accesos. La entrada principal de las marullas es a través del Portal de Ses Taules, y también se puede acceder por el Portal Nou en el Baluare de Sant Pere y por el Pasaje de Simó Pouet junto al baluarte de Sant Joant. Elijo este último para adentrarme en el bello y zigzagueante laberinto de estrechas calles medievales que conducen hasta la cima de la fortaleza donde se encuentra la Catedral. Tras atravesar el Pasaje de Simó Pouet llego a la pequeña y pintoresca Plaza de Vila donde se concentran restaurantes como por las aledañas calles de Santa Creu y Sant Antoni, y La Torreta (Placa de la Vila, 10.Tel. (+34) 971300411) y La Oliva (C/ Santa Creu, 2. Tel. (+34) 971305752), que ofrecen cocina mediterránea; así como pequeñas tiendas de moda, diseño, artesanía y souvenirs. Asciendo por la estrecha y empedrada calle de Sant Antoni llegando a la recogida Plaza del Sol, lugar ideal para un parada y tomar una cerveza o un refresco, junto al Baluarte de Sant Pere, desde donde se contemplan vistas del centro moderno de la ciudad. Desde este Baluarte de San Pere se alzan unas empinadas escaleras, sólo para corazones preparados, que conducen hasta el Baluarte de Sant Jaume por la elevada muralla junto al Parque Reina Sofía. Desde ambos baluartes se divisa la Necrópolis púnica del Puig des Molins. En el interior del Baluarte de Sant Jaume hay un museo con tecnología militar de los siglos XVI al XVIII, y desde sus elevadas almenas provistas de viejos cañones se divisan, a la derecha, dos de las playas de Ibiza: Ses Figueretes y D´en Bossa, que en verano son una continua fiesta de sol, baño y música gracias a sus diferentes beach clubs. Prosigo camino hacia el Baluarte de San Jordi, con Formentera al horizonte y La Almudaina detrás en la acrópolis. Prosigo el bello paseo por la Ronda de la Almudaina hacia el Baluarte de Sant Bernat, con el mar hacia el exterior y el Castillo al interior. Las vistas panorámicas de la ciudad desde el Baluarte de San Bernat son espléndidas alcanzando hasta los puertos deportivos y la playa de Talamanca. Camino unos metros más y giro por la Calle de la Universitat hasta encontrar la imponente Catedral con su bellísima torre, en la recogida Plaza de la Catedral, la más alta de Dalt Vila, donde también se encuentran la Casa de la Curia (actual Centro de Interpretación Madina Yabisa), el Mirador del Rey Jaume I y el palacio Episcopal. La Catedral de la Virgen de las Nieves fue construida en el siglo XIII sobre la antigua mezquita de Yebisah, en estilo gótico-catalán, aunque la nave es barroca. Su interior, pintado totalmente en blanco, está presidido por un pequeño templete en forma de hornacina con la imagen de la Virgen de las Nieves realizada por el taller valenciano de los escultores Román y Salvador, quienes también realizaron la tallas del Cristo Yacente (en una urna de cristal) y de la Virgen de los Dolores. Puertos deportivos: Marina Ibiza y Marina BotafochAl noreste de la ciudad, alrededor del Paseo de Juan Carlos I, se aglutina un centro deportivo y de ocio en el que destacan los puertos deportivos de Marina Ibiza (Paseo Juan Carlos I, 20. Tel. (+34) 971314011. www.marinaibiza.com) y Marina Botafoch (Paseo Juan Carlos I, s/n. Tel.(+34) 971311711. www.marinabotafoch.com) donde junto a los pantalanes que acogen las embarcaciones deportivas se concentran numerosos beach clubs, discotecas, restaurantes, terrazas, hoteles, edificios de apartamentos de alto standing, centros comerciales, embarcaderos…, con gran animación a todas las horas del día y, especialmente, al caer la noche. El paseo se extiende a lo largo de varios kilómetros hasta el dique donde atracan los grandes cruceros junto al faro. A lo largo del paseo encontrarás el Casino de Ibiza, el restaurante Beach Club Nuba, el Blue Marlin Ibiza, la discoteca Lio, el Beach Club Calma, los hoteles Gran Hotel Ibiza, Ocean Drive e Ibiza Corso, restaurantes como Cappuccino... donde se da cita el ambiente de más glamour de la isla. PlayasLa isla de Ibiza destaca por sus calas de aguas cristalinas. En la ciudad de Ibiza existen tres grandes playas: Ses Figueretes, Playa d´en Bossa y la Playa de Talamanca.
Vida nocturnaIbiza posee gran fama en todo el mundo por sus fiestas y discotecas. Para concluir la estancia como se merece, por la noche voy a Pachá, la macro discoteca pionera en 1973 de los clubes nocturnos instalados en la isla. El local guarda el aspecto de una casa de campo ibicenca con un aforo para 3.500 personas y está presidido por la imagen corporativa de las dos cerezas. Allí sigo el ritmo de la noche hasta altas horas de la madrugada embebido del ambiente. La oferta de discotecas es amplia y variada: Space, Privilege Ibiza, Amnesia, Es Paradís, DC10, Ushuaïa Ibiza... que durante el verano reciben a los mejores productores y DJs de música como David Guetta, Carl Cox, Pete Tong o Tiësto que acuden a la isla. El Discobús Ibiza realiza diariamente la ruta de las discotecas (del 5 de junio al 30 de septiembre) desde medianoche hasta las 6 de la madrugada. |