Miami | ||||
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A ritmo latinoLa península de Florida acoge la ciudad más latina, soleada, alegre y sensual de Estados UnidosFui a Miami para entrevistar a Alejandro Sanz con motivo de la presentación de un nuevo disco. Sentía curiosidad por conocer personalmente a Alejandro y también la capital de Florida. Hasta entonces la relación con Alejandro se limitaba a los habituales encuentros en rueda de prensa entre artista y periodista mientras que sólo había visto imágenes de Miami en conocidas series de televisión y en películas de Hollywood. Confieso que la idea que tenía de Miami se encontraba en las antípodas de lo que descubrí al visitarla. Jamás imaginé que al concluir el viaje quedaría fascinado por la sencillez y naturalidad del músico español y por la luminosidad, el colorido, sensualidad y vitalidad de Miami, sobre todo de Miami Beach. Después de doce interminables horas de vuelo desde Madrid se empieza a ver la espectacular costa rectilínea de Florida con inmensas playas de arena blanquísima que se adentra en el agua de tonos verdes del Atlántico al otro lado de Europa. Desde el cielo uno tiene la impresión de encontrarse en un nuevo mundo, más virginal y menos vapuleado por el paso de los siglos y de los hombres. El avión se adentra en América, en la península de Florida, y me sorprende una inmensa extensión pantanosa, los Everglades. Un gran área de jungla subtropical llena de ciénagas, manglares, cocodrilos, manatíes y demás fauna salvaje que hoy en día son Parque Nacional. Tras un nuevo giro la aeronave retoma el camino hacia el Aeropuerto Internacional de Miami sobrevolando pequeñas casas de barrios periféricos. Aterrizamos la mañana de un día soleado de septiembre, aunque en Miami todos los días del año son soleados. Esa es una de las razones por la que muchos americanos deciden pasar allí los días de su jubilación. La taxista de origen cubano me conduce hasta el Hotel Standard, en el 40 de island Avenue en Miami Beach. Un moderno cuatro estrellas en la zona residencial al este de Venetian Causeway, en Biscayne Bay, enclave privilegiado donde tienen su residencia artistas y famosos de la talla de Gloria Estefan. Por el camino la taxista me informa de los lugares de interés que luego visitaré, haciendo hincapié en la iglesia donde se celebró una misa multitudinaria tras la muerte de su compatriota Celia Cruz, la reina de la salsa. !!Azúcar!! Y es que Cuba tiene parte de su `corazón partío´ en Miami. Al llegar al elegante y casual Hotel Standard me comunican que la entrevista con Alejandro será a última hora de la tarde del día siguiente. Tengo día y medio libre para descubrir los encantos de la ciudad. Una compañera que vivió tres años en Miami me preparó una guía imprescindible de lugares que visitar y me he propuesto visitarlos todos. Una ducha rápida y dirijo mis pasos hacia South Beach en busca de sus famosas playas, restaurantes, cafés y hoteles y, por qué no, para comprobar si las vigilantes son tan esculturales como en la popular serie televisiva. Camino de South BeachPlano en mano paseo entre edificios y rascacielos de un blanco inmaculado y el refrescante verde de las palmeras por Dade Bulevard y Alton Road hasta llegar a la zona comercial de Lincoln Road. Ahí comienza el Miami glamuroso con los escaparates de las tiendas de moda más lujosas, los restaurantes más exclusivos, las cafeterías donde acude la gente más guapa y los hoteles de diseño con reminiscencias de los cincuenta. Aquí comienza la vida que se inicia en sus playas, se prolonga a lo largo de la noche en las discotecas de música latina y continua al día siguiente como un círculo cerrado. La mayoría de las personas que pasean por las calles de Miami Beach no tienen prisa y parece que su única ocupación es disfrutar plenamente de la vida. Y por la expresión de sus rostros parece que lo consiguen. Camino por Washington Avenue, Collins Avenue y la maravillosa Ocean Drive con majestuosos hoteles como el Delano o el Pelican Hotel con tonos pastel del Art Deco Historic District. Merece la pena traspasar el altísimo vestíbulo del Delano (www.delano-hotel.com) con sus inmensos techos, columnas y cortinas cayendo en cascada para ir al loungue bar de su jardín y tumbado en una de las chaiselongue que rodean su pequeño estanque rectangular, tomar un refresco mientras contemplas la noche estrellada. No lo olvidarás. Si tu bolsillo lo permite cena en su restaurante Blue Door diseñado por Philippe Stark. Tras la línea de hoteles está la inmensa playa. Aprovecho para darme un baño en las cálidas, más bien calientes aguas, y llevarme un enorme susto al pisar lo que creía una bolsa de plástico, que en realidad era el estómago de una cría de tiburón que trató de defenderse lanzando su enorme boca a mi pierna. Afortunadamente no me alcanzó pero sí logró que se me quitaran las ganas de continuar el baño. Como suponía, tampoco las vigilantes de la playa se parecían a Pamela Anderson, aunque sí compruebo que en la ciudad existe un exacerbado culto al cuerpo, tanto en mujeres como en varones. La ropa sport triunfa en Miami durante el día. La noche es diferente: todo el mundo se prepara para la fiesta. Regreso al hotel. De comprasAprovecho la tarde para ir de compras. El horario comercial es de 10:00 am a 9:00 pm (de lunes a sábado) y de 11:00: am a 6:00 pm los domingos. No cierran a mediodía. Entro en Base(Lincoln Road) y compro cd´s de música chill out. Visito la tienda de Appel -los precios de los ordenadores y consumibles informáticos son muchísimo más baratos en Miami que en Europa-, tomo un delicioso helado de chocolate en Ghirardelli (también en Lincoln Road) donde preparan los más deliciosos helados de Miami y curioseo por aquí y por allá. Me sorprende que casi todas las personas hablen español. El idioma oficial es el inglés, pero la comunidad latina allí es muy grande y se hace notar. Al caer la tarde las terrazas de los restaurantes se llenan de turistas. A mi no se me abre el apetito hasta la anoche. Afortunadamente se sirven cenas hasta las 11 de la noche. A las diez me dirijo al restaurante que me han recomendado, Sushi Samba(ver Restaurantes) para luego merodear un poco por los alrededores e irme a descansar. La noche en Miami puede prolongarse hasta que amanece, y más y más, pero al día siguiente debo entrevistar a Alejandro. Design DistritLa mañana siguiente aprovecho para visitar el Design Distrit, al norte de la ciudad. Un renovado y moderno barrio de 18 manzanas donde se concentra la vanguardia del diseño americano y mundial. Años atrás era un barrio deprimido pero hoy reúne locales y lofts que muestran las últimas tendencias en mobiliario y complementos del hogar, sofás, mesas, sillas, cuadros, dormitorios, baños, cocinas, jardín... Curioseo por varias firmas y recorro el barrio hasta llegar a unas casas con aspecto bastante deprimido, en el que mi intuición aconseja no seguir adelante -por la tarde me dirán que es el poco recomendable barrio marginal de Little Haití-. Tomo un taxi en busca del downtown, el centro de negocios de la ciudad. Es imposible caminar entre ambos distritos, ya que sólo están unidos por una autovía. El centro no me atrae en absoluto, pues se limita a decenas de rascacielos con mayor o menor interés arquitectónico, aunque allí se encuentra el Metro-Dade Cultural Center Plaza, donde está el Historical Museum of Southern Florida (que reúne exposiciones de historia americana). También merece la pena visitar cerca de la costa el Bayside Marketplace, un gran centro turístico con tiendas y distracciones junto al puerto deportivo. Little HavanaAbandono el centro y busco con curiosidad la cercana Little Havana y sobre todo su famosa Calle Ocho. Allí tiene su base el exilio cubano y para un latino es un placer pasear por sus calles, entrar en los cafés y disfrutar de ese ambiente hispano lleno de alegría y colorido. Ver a los hombres jugar al dominó entre olor a café y ron y el sonido sensual de la música caribeña es algo revitalizante. Me encuentro como en casa. Paso por el popular bar-discoteca Hoy como Ayer (2212 SW 8th St. Miami.www.hoycomoayer.us) que es el centro de la música latina en vivo y del baile. El ambiente es arrebatador. Compro cigarros cubanos en El Credito Cigars de la misma Calle Ocho y opto por volver al hotel para relajarme con un baño en la piscina. A las siete de la tarde espera la entrevista con Alejandro Sanz en su casa de Biscayne Bay y deseo estar descansado. Coral Gables y Coconut GroveEstoy un par de horas en casa de Alejandro. Me recibe afable y sonriente en la amplia terraza que da a Biscayne Bay con embarcadero y a continuación le acompaño al estudio de composición y grabación que posee allí mismo donde tiene lugar la entrevista. Satisfecho con el resultado del encuentro la noche la dedico a descubrir los locales nocturnos (ver Guía Práctica). El avión de vuelta a España no parte hasta la tarde del día siguiente, por lo que aún dispongo de la mañana para seguir descubriendo la ciudad. No puedo dejar Miami sin visitar el elegante barrio de Coral Gables al sur de la ciudad. Fue diseñado en 1920 siguiendo las pautas de un pueblo mediterráneo y sus distinguidos vecinos desarrollan sus horas alrededor de las tiendas y restaurantes de Miracle Mille. Allí se encuentra el bello y refrescante complejo de piscinas de Venetian Pool y, sobre todo, el Biltmore Hotel (www.biltmorehotel.com) famoso por su arquitectura y piscina y por las celebridades que han descansado sus huesos en las habitaciones. Incluso corre la leyenda que sirvió de refugio en más de una ocasión a Al Capone. Yendo hacia la costa llegamos a Cocunut Grove donde puedes ver el Miami Museum of Science & Planetarium (www.miamisci.org) con el planetario. Mi tiempo en Miami toca a su fin. Me voy con la sensación de haber descubierto una ciudad en la que me gustaría pasar una temporada. Espero regresar pronto. See you soon Miami.
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