Calas de agua cristalina, playas, pesca y buceo son sus principales atractivos
En el sudeste de la península ibérica, en la región de Murcia, un pequeño brazo rocoso de 400 m de ancho y 1,5 km de largo penetra en el Mar Mediterráneo formando la península de Cabo de Palos. Uno de esos bellos parajes naturales que ni la especulación inmobiliaria ha podido destruir por el momento. Está situado a 31 km de Cartagena, municipio al que pertenece, por la autovía MU 312, y a 71 km de Murcia por la autovía A-30. Al sur se encuentra la bella Cala Reonay la sierra minera de Cartagena con espectaculares paisajes de vegetación mediterránea (el araar, sabina mora, palmitos, pino carrasco y algarrobos que habitan zorros y conejos) y las calas, salinas y playas paradisíacas del Parque Natural de Cablanquecon cigüeñuelas, flamencos, gaviotas, halcones peregrinos, búhos reales y aguilas perdiceras. Al norte de Cabo de Palos se extiende la Mangay el Mar Menor, grandes núcleos del turismo familiar. De hecho, la etimología del lugar procede de Palus que en latín significa Laguna (por el Mar Menor).
La belleza orográfica de la zona es consecuencia de formar parte de las últimas estribaciones de lasCordilleras Béticas, formadas en el terciario por colisión de las placas tectónicas europea y africana. Cabo de Palos se hunde en el mar dando forma a un mosaico de pequeños islotes de formas variopinas y diferente tamaño, auténticos arrecifes naturales, llenos de vida y también de restos de trágicos naufragios. Los fondos marinos que rodean el entorno forman una de las reservas más importantes del mediterráneo.
Pueblo pesquero
Desde sus orígenes Cabo de Palos es un pequeño y encantador pueblo que ha vivido de la pesca, aunque en los últimos años ha experimentado un gran boom turístico e inmobiliario, pasando del centenar de habitantes a más de mil, que a su vez se muliplica por casi 20 en verano.
El centro de la vida comercial y social lo constituye su pequeño puerto pesquero y deportivo, donde aún puedes ver cómo los pescadores preparan sus pequeños barcos y redes antes de hacerse a la mar y regresar con el pescado fresco que luego se sirve en las mesas de los buenos restaurantes de la zona como Miramar, La Tana, La Taberna del Puerto o El Mosqui, este último con su espectacular forma de barco y sus deliciosos calderos (arroz y pescado), auténtica joya gastronómica de la zona. El Puerto se encuentra junto a la playa de la Barra y lo forma una pequeña dársena de unos cuatro pantalanes flotantes para las embarcaciones deportivas y una pequeña zona para las embarcaciones pesqueras. Posee 175 puntos de atraque y la eslora máxima para sus embarcaciones deportivas en muelles es de 12 metros y 2,3 metros de calado en la dársena deportiva. Alrededor del puerto se establecen comercios de ropa y accesorios de baño, centros de buceo, restaurantes, cafeterías, bares, pescaderías y una pequeña lonja de pescado. Cuenta también el Puerto con un pequeño y bello paseo con terrazas donde puedes tomar un refresco o comer mientras contemplas el ir y venir de embarcaciones y disfrutas de la brisa del mar.
Faro de Cabo de Palos
Desde el Puerto se asciende a él por la carretera del Faro, y apenas un kilómetro arriba encontramos un elevado montículo con un faro que se eleva 50 m sobre el terreno y 80 m sobre el nivel del mar. El lugar no pasó desapercibido para fenicios y romanos, ya que según Plinio el Viejo sobre este promontorio existió en la antigüedad un templo consagrado a Baal Hammon, que los romanos identificaron como Saturno. Ya en el siglo XVI, en el reinado de Felipe II, se construyó en ese mismo lugar una torre vigía para defender la costa de los ataques de los piratas berberiscos. Finalmente, en 1862 se inició la construcción del actual faro que emitió sus primeros destellos en 1865. Las vistas desde el faro son espectaculares con las Islas Hormigas al frente, los acantilados rocosos y calas al este y las grandes playas de Levante 1 y 2 y la Manga al oeste.
Tras descender del faro puedes regresar al Puerto caminando por el lado más abrupto, que te conducirá por pequeñas y bellísimas calas a través de una pequeña senda con pasarela de madera que sirve de salida al mar a las viviendas de la zona, y desde la cual existen estrechas escaleras para acceder a las calas; o bien descender por el lado que conduce a las más grandes playas de Cabo de Palos, las de Levante 1 y 2,que cuentan con paseo marítimo y son de fácil acceso. Al final de éstas, se une Cabo de Palos con la Manga del Mar Menor.
Pero si buscas playas paradisíacas dirígete a Cala Reona, al sur, o a las que se encuentran en el Parque Natural de Calblanque, situado a unos 3 km de Cabo de Palos. Se puede acceder en coche, aunque este debe dejarse unos 200 m antes de la playa para preservarla y no hay chiringuitos. El agua es cristalina, la arena es perfecta y el entorno bellísimo.
Buceo
Bucear en Cabo de Palos es una de las experiencias más asombrosas que se pueden vivir en el mar. El buceo, junto a la pesca, es uno de los deportes más practicados en la zona por la belleza y riqueza de sus fondos marinos, que se extienden hasta la reserva natural de las islas Hormigas, situada a dos millas y media de Cabo de Palos. Sumergiéndote verás corales, algas rojas, crustáceos, esponjas, lechas, moluscos... además de un buen número de pecios de barcos hundidos en la zona como el trasatlántico italiano El Sirio (naufragó la madrugada del 5 de agosto de 1906 con 822 pasajeros a bordo mientras viajaba a Estados Unidos, y sus restos se encuentran diseminados por las dos caras del bajo con el que chocó, al partirse en dos), el Nord-América o el Minerva. En Cabo de Palos se organizan cursos de buceo durante todo el año, gracias al clima cálido del sudeste murciano, y salidas en barco que atraen a buceadores de toda España.
Para terminar el día disfruta de sus noches de verano en los diferentes restaurantes, terrazas y pubs que se extienden por el puerto y sus alrededores hasta altas horas de la madrugada. Fuera de temporada de verano el ambiente es más tranquilo y recuerda por momentos a aquél pequeño puerto pesquero que visité por primera vez hace 30 años y que todavía guarda su encanto marinero.