Logroño | ||||
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Cuna de buen vino y del buen yantarLugar de paso y cruce de caminos, entre ellos el Camino de Santiago, de rica y abundante gastronomía y, sobre todo, tierra de magníficas vides. Así es la capital de La Rioja, un nombre con sabor al mejor vinoSiempre que he viajado a Logroño lo he hecho para visitar alguna de sus espléndidas bodegas o con motivo de alguna celebración que ha tenido al vino como protagonista. Confieso que siento profunda devoción por los tintos de La Rioja. Cuestión de taninos y, sobre todo, de sabores. También por la ciudad: acogedora, bella y de una dimensión muy humana, que te permite recorrerla a pie realizando deliciosas paradas en sus numerosos bares y restaurantes del casco antiguo con tapas únicas. Mi última visita a la capital riojana tuvo como excusa la celebración del aniversario de unas renombradas bodegas. Salí de Madrid y crucé la meseta castellana en dirección a Logroño. 370 km más tarde me encontraba en la logroñesa Gran vía del Rey don Juan Carlos I dispuesto a beber y comerme Logroño. Logroño de noche: Calle Laurel y la Senda de los ElefantesAl llegar había anochecido y si la ciudad es bella de día, aún lo es más de noche cuando las farolas alumbran monumentos como la Concatedral de la Redonda, los soportales de la Calle de Portales, de la Plaza del Mercado y del Paseo del Espolón. Aproveché para acercarme a la Senda de los Elefantes, como aquí llaman a la zona del casco viejo que comprende las callesLaurel, San Juan, Ollerías, Del Peso, San Agustín... donde se encuentra el centro del tapeo. Allí probé la chistorra de Vinissimo (C/San Juan, 5), los Tras el homenaje gastronómico pasee por la calle de Portales y el Paseo del Espolón, para ayudar a la digestión y rendir visita a la estatua ecuestre del General Espartero, insigne prócer de la patria que fue Regente durante la minoría de edad de Isabel II y que pasó sus últimos años en Logroño -su mujer era logroñesa- en un palacio residencia que hoy es sede del Museo de La Rioja. Los cuerpos de Baldomero Espartero y de su mujer, Jacinta Martínez de Sicilia, descansan en paz en una capilla de la Concatedral de la Redonda. Logroño de díaA la mañana siguiente aprovecho que el acto de las bodegas se celebra a mediodía para dar un amplio y sosegado paseo por la ciudad. Dejo el hotel, ubicado en la Gran Vía del Rey Juan Carlos I, con edificios modernos de más de diez plantas, para buscar la Calle del Marqués de Murrieta, donde aún quedan bellas fachadas de edificios burgueses de inicio del siglo XX próximos a la Plaza del Alférez Provisional. Junto a ésta se encuentran los Jardines de Juanita Madronero y se hallaban las antiguas murallas de la ciudad y el Cubo y Puerta de Revellin, enclaves históricos de la ciudad.
Hoy día se conservan el Cubo (torre de flanqueo que hoy es sede de una sala de exposiciones), parte de la muralla, el foso, el puente y el Arco de Revellin, en cuyo frontal se encuentra el escudo de Carlos V. Un honor que el emperador concedió a la ciudad tras superar el sitio del ejército francés de Francisco I en 1521. El actual arco de la muralla del Revellín, que adorna la antigua entrada a la ciudad, comenzó a construirse en 1522, justo un año después del asedio. Muy cerca, se encuentra el Parlamento de la Rioja, sobre el antiguo Convento de la Merced. Construido en el siglo XVI, en el interior aún se conservan la iglesia y el bello claustro de dos plantas. Tras ser hospital y Fábrica de Tabacos el edificio fue dividido en tres, que hoy acogen al Parlamento de la Rioja, la Sala de Exposiciones Amós Salvador y una Biblioteca Pública. Una enorme chimenea recuerda su uso industrial. En la parte superior de la portada hay una hornacina con una escultura que representa a Santiago Matamoros, obra de un artista flamenco. Y junto a la contigua Plaza de la Oca se encuentra la Fuente del Peregrino de dos caños y con el símbolo jacobeo de la concha. Caminando recto, cruzo la calle Sagasta y encuentro la calle Ruavieja en la que poco antes de encontrarme con el Puente de Piedra, en el cruce con la Calle Mayor, contemplo la bella Iglesia de Santa María de Palacio. Su construcción data de los siglos siglo XII y XIII y lo más destacado es su peculiar torre del siglo XIII, un cimborrio piramidal de estilo gótico en forma de corona imperial, que los logroñeses llaman `la Aguja´ y que se elevó por expreso deseo de Alfonso VII, `El Emperador´. En el interior destaca su variada y rica ornamentación, como el retablo, una de las obras más importantes del manierismo hispano, obra de Arnao de Bruselas y varias tallas magníficas, como la románica de Nuestra Señora de la Antigua, la gótica de la Virgen del Ebro o una bella Inmaculada flamenca. De bodegasRegreso a la calle Sagasta para cruzar el río Ebro por el histórico Puente de Hierro, pintado en colores blanco y azul, con dos pasarelas de peatones a ambos lados flanqueadas por farolas, mientras el tráfico rodado circula por el centro. Desde él se contemplan unas bellas panorámica del río, de la ribera, del casco viejo, del Puente de Piedra y de la ciudad. Al otro lado del puente aparece el edificio de las Bodegas Franco Españolas. Un buen lugar para hacer una parada e introducirnos en los secretos de la elaboración del vino de Rioja. El sector vitivinícola (bodegas y empresas auxiliares) es el motor económico de La Rioja junto al sector agrícola (productos hortícolas), empresas conserveras, del calzado y textil. Existe una Ruta de las Bodegas de la ciudad que incluye visitas a las bodegas, cursos de cata, vinoterapia, etc, que exigen una reserva con antelación.
Sólo en la ciudad de Logroño existen bodegas tan importantes como Bodegas Darien (www.darien.es), Bodegas Franco Españolas (www.francoespanolas.com), Bodegas Campo Viejo (www.campoviejo.com), Bodegas Marqués de Murrieta (www.marquesdemurrieta.com), Bodegas Marqués de Vargas (www.marquesdevargas.com), Bodegas Olarra (www.bodegasolarra.es), Bodegas Ontañón (www.onotanon.es), Bodegas Viña Ijalba (www.ijalba.es), Bodegas Velez (www.bodegasvelez.com)... amén de las numerosas en poblaciones próximas como Haro, Laguardia, Elciego, Fuenmayor... Un paraíso para los amantes del vino. Por el ribereño Paseo de Fermín Manso de Zúñiga camino junto al Ebro, por la margen izquierda, en busca del bello Puente de Piedra (el actual sustituyó a otro anterior a finales del siglo XIX y existen datos de un puente en este mismo lugar ya en el siglo XI y de otro en época romana) que cruzo para regresar a la margen derecha camino de la Avenida de Viana y el Nuevo Ayuntamiento, obra de Rafael Moneo. El nuevo consistorio se inauguró en 1980, e incluye una gran plaza pública y pasillos porticados como punto de encuentro ciudadano. A vista de pájaro planteó un esquema triangular que utiliza varios espacios como salas de exposiciones: el Patio de Operaciones, la Sala de Exposiciones y la propia plaza exterior.
Concatedral de Santa María de la RedondaCamino ya entre comercios y bares por los tradicionales soportales de piedra de la calle Portales y pronto observo la Concatedral de Santa María de la Redonda. Curiosamente, la Concatedral sólo conserva de Redonda el nombre. Ello se debe a que en 1196 existió en este lugar un templo medieval de origen románico y planta circular. El actual templo, de estilo Reyes Católicos y barroco, se construyó a lo largo de los siglos XV al XVIII. La componen tres naves, una central y dos laterales de menor altura, una girola y el trascoro con su puerta principal y dos altas torres gemelas. Entre las dos torres se encuentra un retablo en piedra sobre la puerta principal cerrando el paso una hermosa verja. Como curiosidad, decir que al estar construida a poca distancia del río Ebro, y por tanto sobre una zona pantanosa, su cimentación se realizó con sarmientos (rama de las cepas) ya que no se pudren con la humedad yreparten bien las cargas. En su interior, aparte del Retablo del altar mayor, destaca una pequeña pintura al óleo que representa al Calvario atribuida a Miguel Angel Buonarroti, el genial maestro de la Capilla Sixtina del Vaticano, que se encuentra tras el retablo mayor. La fachada principal da a la antigua Plaza del Mercado, creada en el siglo XVI para albergar ferias y mercados, lugar de celebraciones e incluso sirvió de escenario para que la Inquisición celebrara un auto de fe el 8 de noviembre de 1610 en el que se quemaron 6 brujas. Hoy en día es un amplio y pacífico espacio de paseo de los logroñeses con atracciones de ocio para los más pequeños y un buen lugar para tomar vinos y tapas en sus terrazas.
Mercado de San Blas
A pocos metros de la Plaza del Mercadose encuentra el nuevo y moderno Mercado de San Blasal que se accede desde cuatro calles: Sagasta, Hermanos Moroy, Galarza y Calle del Peso. Un moderno edificio construido por Fermín del Álamo, en su interior disfrutarás del olor y el sabor de los mejores productos riojanos. Al salir, en la misma calle Sagasta, descubro el pequeño comercio de Félix Barbero (C/ Sagasta, 8. Bajo. Tel. 941248633. botasrioja.artesaniadelarioja.org), botero artesano de cuarta generación que fabrica las tradicionales botas de vino riojanas. Entro y tras explicarme los pormenores de la elaboración de las botas, compro una que muy pronto bautizaré con vino de La Rioja. Félix, uno de los pocos artesanos que sobreviven a estos tiempos de grandes centros comerciales, también elabora las tradicionales pelotas de piel para jugar al frontón. Un auténtico y necesario artesano. Entre la visita al Mercado de San Blas y la bota de vino de Félix el estómago se despierta y recuerdo que me espera una visita a la bodega. Allí me deleitaré con los tintos de Rioja y los deliciosos platos de la gastronomía logroñesa. Lo dicho, una ciudad cuna de buen vino y de buen yantar. |