Invitación al arte de la degustación
La Casa Ruinart, elaboradora de champagnes excepcionales desde 1729, ha creado el cofre “R” de Ruinart para revelar optimamente la armonía de los aromas y la sinfonía de las notas de su cosecha R”. Un estuche compuesto por una botella y dos copas de champagne para ofrecer a cada uno el privilegio de orquestar las degustaciones como un conocedor.
Copa o flauta
Puesto que cada una tiene sus partidarios, es difícil determinar con precisión quién apareció primero, la copa o la flauta. Lo único seguro es que desde que el champagne hizo su aparición en las mesas reales bajo el reinado de Luis XV, este vino de élite no se bebe como cualquier otro, sino que se degusta. En copa o en flauta, el champagne acompaña los vinos tranquilos en los trincheros de los festines de la corte a partir de 1720 y luego en las mesas de la alta burguesía en el siglo XIX, pero nunca se servían en las mismas copas que éstos. Mientras que algunos prefieren la copa por su carácter práctico durante el servicio y su presuposición natural para hacer pirámides espectaculares, otros prefieren la flauta por su elegancia estilizada y su capacidad para sublimar la efervescencia del champagne. A la primera se le atribuyen orígenes antropomórficos, puesto que la leyenda cuenta que el primer ejemplar se moldeó sobre el seno izquierdo de la Marquesa de Pompadour, o sobre el seno de María Antonieta. Por su parte, la flauta parece proceder de una reinterpretación de las copas de vino cuyas líneas espigadas y estilizadas se inspiraron la trayectoria vertical de las burbujas. Hoy, ya no se usa prácticamente la copa, principalmente por su incapacidad para sublimar las cualidades organolépticas del champagne. La flauta parece haber ganado la partida, pese a su tendencia concentrar demasiado la percepción de la nariz. Aunque por ironía de la historia, lo que suele ofrecerse es por lo general una copa de champagne… Aunque “la copa no hace al vino”, sin lugar a dudas contribuye a sublimar todos sus atributos. Por eso es fácil de entender que exista una copa particular para cada tipo de vino, estudiada para expresar sus características únicas. Para el champagne, la copa debe ser suficientemente espigada para poder admirar la verticalidad de su efervescencia. Una cualidad que posee la flauta, pero no la copa. Ahora bien, las burbujas –por muy finas y ligeras que sean- no son las únicas cualidades distintivas del champagne. El color, el bouquet, las notas aromáticas apreciadas por la vista, la nariz y la boca también son cualidades reveladoras de un buen champagne. Diseñar la copa de champagne ideal forma parte del arte de un catador excepcional. Como Philippe Jamesse, Maestro Sumiller del restaurante Les Crayères de Reims, quien ha diseñado esta copa adaptada a la degustación del “R” de Ruinart. En opinión de su creador, esta copa –auténtico instrumento enológico- conjuga tres elementos esenciales para la degustación del champagne según las reglas del arte: espacio, tiempo y respeto. Espacio para el libre movimiento del vino, tiempo para que se exprese totalmente y respeto del saber hacer del Jefe de Bodega. Su línea estilizada es perfecta para realzar la efervescencia y el color de esta cosecha. Su base más redonda y ancha, su silueta estudiada, su boca más ancha que la de la flauta permiten airear mejor el vino y ofrecer a la nariz y la boca toda su fineza y complejidad aromática.
Degustación
Un precioso color amarillo dorado, un brillo de reflejos cristalinos, burbujas vivas y finas que forman un rosario ligero y persistente… son las cualidades visuales de la cosecha “R” de Ruinart que pueden admirarse en las copas “R” de Ruinart. La primera nariz es fina y distinguida, impregnada de notas de frutas, pulpa blanca y toques de frutos secos. La segunda nariz revela notas más florales como la acacia o el gavanzo, mezcladas con aromas golosos de bizcochos o de pasta de tarta. La boca es perfectamente equilibrada, suave y ligera, con aromas de frutas amarillas maduras en su punto. Su perfecta redondez y armonía envuelven el paladar, seguidas por una gran persistencia aromática. El “R” de Ruinart es el acompañante perfecto del aperitivo y de las comidas acompañadas exclusivamente con champagne. Desde la bandeja de mariscos, hasta la de quesos, pasando por unas vieiras salteadas o unas pechugas de ave doradas, esta cosecha se presta a casi todos los maridajes. Ahora sólo le resta encontrar su propio maridaje.
Precio Recomendado: 60 € www.ruinart.com
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