
La oferta gastronómica en Sintra es una parte importante de su riqueza cultural. Su histórico pasado ha confeccionado a lo largo de los siglos una gastronomía variada y abundante. Lo primero que es necesario recomendar es el lechón de Negrais, la carne de cerdo a Merces, el cabrito y la ternera asada a sintrense. Le siguen los productos extraídos de su litoral: pescados finos, mariscos y moluscos. Los platillos estrella son la calderada de abrotéa y locha, las migas a pescador, la escaldada de lapas, los mejillones a la plancha o con cebolla y la açorda (migas) de bacalao. En materia de postres, destacan las queijadas de Sintra: un pastel de queso. Le siguen los traveseiros, los pasteles de Pena, las nueces de Galamares, los fofos de Belas y un conjunto de compotas tradicionales fabricadas con los métodos más antiguos. Si te queda aún espacio, no dejes de degustar las agualvas, el pastel de Cruz Alta, las peras pardas, los parrameiros (pastel campesino vendido en las Ferias Tradicionales en Sintra), y los pasteles de la fiesta de Nuestra Señora de Graça y de la fiesta de San Mamede. Como en cualquier región con tradición gastronómica, las horas ante el comedor no debe pasar sin los excelentes vinos que se producen en el entorno. El indispensable es el vino de Colares, sobre todo su famosa casta Ramisco, uno de los primeros en la carta de vinos de Portugal.
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